sábado, 26 de febrero de 2011

Un jóven padawan

El joven padawan había llegado hacia menos de un año, de un largo internado de preparación y dieta. Hacía mucho que todo habia terminado para los yedais y traicionando su naturaleza revolucionaria habian perdido el camino. Las pocas instituciones que quedaban necesitaban de mecenas para sobrevivir.
La experiencia del joven padawan había sido mas que insatizfactoria. Lo más parecido a la avetura que habia tenido en su preparación era leer y releer las historias de Luke Skywaker y Lord Vader, ahi donde todo había comenzado hacía ya tanto tiempo, quién podía saber con certeza cuanto.
Ahora estaba en otro nivel de su formación. Otro momento de la vida, le había dicho Yedai la mañana que se vieron por primera vez.
La verdad es que el joven padawan no se sintió tan impresionado. Yedai se emborrachaba por las noches y tenia accesos de mal humor prolongados. Igual le habia agarrado cariño. De alguna forma, a su manera claro, Yedai era alguien con quien podía contar.
Por las mañanas fumaban porros y hablaban de cosas importantes y desde su locura Yedai daba discursos extensos sobre la decadente institución a la que pertenecían.
-Sin embargo-, decía, -es lo que somos.
Siempre decía cosas así. -La vida sucede, no es posible fingir, no es que uno no está ahi, la vida sucede, y lo que sucede como hecho es una unidad que no puede ser dos cosas, lo que sucede es lo único que sucede. pero ojo, las lecturas son múltiples, pero justamente porque la lectura no sucede, es otro tiempo, son muchos otros tiempos que suceden de lecturas y relecturas, cada una en un momento único, como una mesa que está en un lugar y si trajeramos otra mesa no la podríamos poner en el mismo lugar que la otra, aunque nos rompamos la cabeza tratando, o la ponemos arriba o a un costado.
Después, cuando se emborrachaba por las noches, era menos discursivo.
Ahora era de mañana y no habían fumado porro. El joven padawan había tenido una noche de mierda. Hacía mucho que no se sentía así, pero de alguna manera otra vez estaba enfermo de tristeza.
Salieron a caminar. Yedai tenía una casa, con dos pequeñas habitaciones y un patio, en la zona pobre del centro de la ciudad. Apenas salián la polución se sentía en la densidad del aire y los ruidos de los grandes coches atestados de seres.
Caminaron un rato y despues se sentaron en una esquina. En la esquina de enfrente están filmando una publicidad. Una pareja con un perrito caminan hacia la puerta de un banco, cuando entran, la puerta se cierra y el perrito se queda afuera. La ven una vez, luego otra, luego otra. Los extras repiten su deambular distraido de transeunte. Hay muchas palomas paradas sobre los cables que orservan con mucha atención a los camarografos y sus camaras brillantes y plateadas. Un perro ladra. No el de la publicidad. Uno de la calle que le ladra a un auto. Yedai le dice:
-¿Si yo te dijera que existe una posibilidad de salirse, vos la tomarias?
-Si-, respondió el joven padawan sin levantar la cabeza, y luego de meditar unos segundos, agregó -la verdad es que no sé si tengo lo que hace falta?
A lo que el Yedai le dijo
-Lo que hace falta está ahi-
-Ahi dónde?-dijo el joven padawan feliz de tener alguien con quien conversar esas cosas.
-Ahi a donde tenes que ir.
-Y dónde queda ese lugar?
-Aunque te parezca un juego de palabras, queda dentro tuyo, pero hay que ir a buscarlo, nosotros le decimos La Fuerza pero otros le dicen Mojo.
-Quiero ponerla Yedai...
-Ya se te va a dar joven padawan y tambien el amor.
-jajajaja, se rió desconfiado el joven padawan. Tantos años comiendose la cabeza con lo mismo que ahora no quiere creer que puede estar equivocado, que existe un mundo, fuera de su pensamientos, que no imagina, un mundo que no es capaz de crear con pensamientos, un mundo más real y menos doloroso.
-No te rías joven padawan-, le dice Yedai impaciente,-te estás riendo de ti mismo- agrega más calmo, y después,-que la fuerza sea contigo- y le hace con las manos un pase por la cara y se quedan en silencio un rato más.
El joven padawan piensa triste , tratando de entender que hay de verdad en lo que Yedai dice, que hay de modificador en sus palabras y escucha que Yedai le repite la pregunta.
-Tomarias la oportunidad si existiera una?-
-Si, creo que lo haría- le dice y despues levanta la vista y lo mira y Yedai nota que tiene miedo y desconfía pero que quiere una salida, que la va a tomar aunque hasta que eso suceda tenga que pasar un tiempo.
-Es eso o podes ser un extra- dice Yedai y los dos se rien unos segundos, mirandose, complices y despues vuelven a la publicidad y a la calle y tambien a las palomas que ahora bajan sobre los camaragrafos.

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