miércoles, 2 de febrero de 2011

Año nuevo, Vida nueva

Año nuevo, vida nueva, me dije. Y esta vez, a no dejar las cosas a medias. La llamé a mi mujer y le expliqué lo que me pasaba, le dije:
- ya me di cuenta que no te quiero más, que vos sos muy insegura y yo no. que como soy un buen tipo, me pongo debil como para no estar todo el día haciendote sentir más insegura que antes, pero basta, me entendes Martita, y no llores, te quiero, pero no es eso, mi vida se arruina a tu lado. ¿qué tenemos?, decime,¿qué importa todo esto?
Me contestó entre lágrimas, nos tenemos el uno al otro y abrió los ojos bien grandes, marrones oscuros y redondos y me miró como un pollito mojado pero ya no pudo convencerme.
-Dejemosnos de joder Martita, no nos tenemos ni a nosotros- Y la abrase mientras la sentía quebrarse y despues le besé la frente y le hice el amor ahi donde estabamos, junto al sillón, una última vez, bien despacito, llenos de amor los dos.
-Llevamos 7 años juntos. Desde el principio todo fue un error.-
- no digas esas cosas- me dijo tapandome la boca con los desdos mientras estabamos desnudos tirados en el sofá.
-pero tengo que decirlo Martita, esa vez, la primera en que te dije te amo, me engañaste, o yo me engañé, el asunto es que no quería decirlo, sino que vos estabas con que ibas a decir algo y no te animabas y asi, durante más de media hora, que te animabas y entonces yo te pregunte ¿Te amo? como diciendo, lo que no te animas a decirme es ¿Te amo? y vos me dijiste yo tambien y despues me miraste con esos ojitos, tan insegura, que no pude contestarte.
Martita me miró con el corazón en el ojos, y vi como se rompía algo dentro y me di cuenta que esto iba a ser más dificil de lo que pensaba. Saltó corriendo de mi lado hacia la ventana gritando -ahhhh- -hijo de puta- -te odio- -ahhh-
-Calmate Martita, querés por favor- Y ella que corría hasta la cocina sin dejar de gritar. ¿Tengo que meditar la manera en que digo las cosas?, me pregunto mientras la escucho.
-Martita, vení para acá y calmate un poco, con el tiempo me enamoré de vos, si sos hermosa, dulce y fiel, yo te quiero y eso es sincero- en eso escuché la puerta del baño estrellarse y pensé, bueno, se terminó, lo mejor es ir a hacer la valijas.
Armé un bolsito, solo unas cosas para aguantar en lo de mi vieja. Martita no salía del baño. De l otro lado de la puerta se la escuchaba llorar. Me pareció feo irme sin saludar asi que aproveche y saqué una ropa del Koinor y la colgué en el tender y miré un rato el segundo tiempo del Chelsea contra el Arsenal y nada, Martita no salía.
Me fuí hasta baño, y le dije, -Martita me voy-, todavía se la escuchaba llorar bajito, -Martita saludame por lo menos-, pero Martita no salió, quizás sea así mejor, pensé y le tiré un beso a la puerta.

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